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Fine Wine, un año más

 

Texto: Rosa María González Lamas. Fotos: Viajes & Vinos y Facebook Plaza Cellars (C)

 

 

Como la canción de Mecano, un año más los enófilos de Puerto Rico fueron al encuentro de botellas de vino que resonaron con puntualidad y altavoz en una nueva cita del Plaza Cellars Fine Wine Celebration, que por 23ra edición hizo congregar a cientos de apasionados del néctar de dioses en San Juan.

Cada imaginaria campanada repicó en forma de nuevas bodegas, etiquetas y añadas, en un cónclave que este 2024, a pocos días de transcurrida la cita electoral, convivió con las certezas a incertezas que podrían traer los cambios políticos y su impacto en la economía y el comportamiento del consumidor. La única certidumbre fue la de la pasión por el vino y la avidez de seguir sumergido en ella año tras año como denominador común, como se enlaza de un vino a otro la música que cada Nochevieja resuena en la madrileña Puerta del Sol.

El reloj caribeño quizás no suene igual. Quienes asisten a este evento sólo tienen de cuatro a cinco horas para “probar las uvas” de las decenas de bodegas que participan el el Fine Wine, realizando un recorrido que este 2024 hizo escala por las bodegas asiduas y consolidadas y las que hicieron por vez primera acto de aparición. Por los vinos nuevos y los vinos viejos que se renuevan, por el Viejo Mundo del vino y el Nuevo, aunque la Corte de Master Sommeliers haya decidido que esta demarcación es algo que, como el año que se va, hay que dejar atrás.

Cuando los tiempos son complicados, lo mejor es dar calidad y promoverla. Y precisamente cuando el mundo del vino global se queja por la caída de las ventas, los estocajes acumulados o las hectáreas de viña que hay que arrancar, el Plaza Cellars Fine Wine Celebration rompe con las dudas ofreciendo calidad, con decenas de las bodegas más renombradas del mundo que en la primera jornada del evento dieron a probar a los consumidores finales sus etiquetas más selectas y de mayor precio, y en la segunda abrieron a establecimientos y profesionales de la cocina, la venta y el servicio de vinos un amplio abanico de propuestas y novedades con encaje en muchos tipos de carta de vinos y locales.

Aunque es imposible catar todo incluso dedicando las dos jornadas íntegramente a ello, en www.viajesyvinos.com realizamos un recorrido bastante abarcador en el que quisimos hacer hincapié en zonas que no abordamos de manera regular en nuestra publicación DiVINIdades, buscando también tendencias y novedades de interés para nuestros lectores.

Lo que se avecina

 

Una de ellas ha sido consistente con las tendencias internacionales y que hemos visto en otros eventos este año: mayor frescura en los vinos. En este Fine Wine Celebration como denominador casi común se sirvieron vinos, especialmente tintos, más pulidos y equilibrados y con acideces presentes que confirieron frescura incluso en zonas donde los vinos han podido llegar a ser pesados y empalagosos por los niveles de madurez y azúcar con que se cosechan las uvas. Este perfil de frescura hizo más evidente el hecho de que algunas regiones no se han adaptado a los nuevos tiempos, con vinos demasiado amaderados y tánicos que requerirán de un muy largo tiempo de reposo antes de mostrarse listos para su disfrute. De éstas también hubo muestras en Fine Wine.

Precisamente con más tiempo y de añadas ya con algún tiempo a cuestas se vieron no pocos vinos, también más redondos y listos para beber. Pero la pregunta es, ¿es que las bodegas están dando más tiempo a los vinos antes de comercializarlos o esta cronología es producto de los excesos de estocaje? Cualquiera que sea la respuesta, ese tiempo afinando al vino le vino más que bien a la mayoría de las bodegas que así les sirvieron, en yuxtaposición con otras que presentaron vinos, especialmente tintos, aún demasiado jóvenes y “crudos” para disfrutar.

También a tono con las tendencias internacionales, la presencia de vinos blancos se hizo algo más evidente en esta edición. Y es que el consumo de éstos sigue creciendo y Fine Wine ofreció un repertorio de estilos ---de lo más fresco y fácil a vinos con mayor enjundia y crianzas en madera--- de distintos orígenes y precios, con variedades autóctonas e internacionales entre las que se destacaron la albariño, la chardonnay, la sauvignon blanc y otras variedades de uva autóctonas y más circunscritas a sus territorios de origen. La sauvignon blanc fue una constante en la oferta de un gran número de bodegas de diversos países, con lo que pudiera estar viviendo un boom en 2025.

Siguiendo la línea in crescendo de los blancos, en esta edición también se vio una ampliada oferta rosada, idónea para tiempos de calentamiento global por su capacidad de ofrecer tanto frescura como complejidad, pero, sobre todo, una enorme aptitud gastronómica generalmente con menos alcohol.

Incorporando vinos y licores distribuidos por Plaza Cellars se reafirmó también el interés por la coctelería, también a tono con la popularidad que la misma ha ido ganando entre los consumidores, especialmente los más jóvenes.

Las claves en blanco

 

Quizás la blanca más universal, la Chardonnay probablemente fue también una referente en la oferta de este Fine Wine Celebration. Entre ésta, sin duda el de mayor postín fue La Linterna Chardonnay 2018 de Bemberg Family Estates, una bodega que se nos quedó grabada a fuego en la pasada edición de este evento, por su expresión tan meticulosa y al más alto nivel de personalidad y excelencia de su gama de botellas. Las uvas para este vino nacieron en suelos calizos, donde las cepas no son tan vigorosas, y se cosecharon en tres etapas escalonadas según su punto de madurez. El proceder en viña se replicó en bodega, donde se desdoblaron en distintos depósitos cada una de las porciones del recogido. La primera tanda va a huevo de hormigón y las siguientes a fudres y barricas de roble, en este último caso de 300 litros. Parte del vino realizó fermentación maloláctica. La elegancia del suelo se transfunde al vino, glicérico y muy fresco, bien estructurado y con delicadas notas de su contacto con la madera, que a la par evidencia la capacidad de envejecimiento de un blanco con muchísimo garbo.

De Argentina y Mendoza también otros dos exquisitos Chardonnays, uno el Colección Privada Navarro Correas Chardonnay, un blanco muy gastronómico que en su añada 2023 tuvo buen volumen y untuosidad, aunque sin excesos, y el Los Arboles, con una nariz muy mineral y recuerdos a sílex, que en su pase por boca permaneció persistente por el paladar.

Otros buenos blancos de chardonnay incluyeron al californiano O’Shaughnessy, fresco, aunque con notas de madera más evidentes a pesar de un coctacto moderado con el roble. También de California los de Ramey, de dos viñas distintas. El Ramey Chardonnay Ritchie Vineyard procedente de suelos con gravas y algo volcánicos destacó por su salinidad, y el Ramey Chardonnay Hyde Vineyard (Napa Carneros), tuvo algo más de volumen en boca y untuosidad, ambos con cierta chispa en el paladar.

Matices mantequillosos y lácteos tuvo el Robert Mondavi Chardonnay, tostados marcados el Brooker Vineyard Blend 2023, y el Sea Smoke Chardonnay, de 2020, incluso exudó un punto marino a algas, con la madera presente, pero bien integrada, en un vino con final salino, algo especiado y final vibrante. Y ensamblado al 95% con un 5% de vermentino, el Seghesio tuvo una nariz aromática, con algún tono cítrico y un pase por boca fresco y persistente.

Pero si la Chardonnay fue la blanca más abarcadora en esta edición de Fine Wine Celebration, no menos cierto es que la Sauvignon Blanc mostró muchos tentáculos y expresiones que apuntan a que cobra una renovada popularidad en la oferta de vinos.

De entre los muchos en escaparate en esta edición a resaltar el La Flor de Pulenta Estates, que en su añada 2023 fue muy mineral, salino, largo en boca, con aromas atrayentes pero comedidos y sin exuberancias, en un vino muy equilibrado y delicioso. Se trata de un blanco argentino de Mendoza, cuyas uvas se vendimian en varias etapas buscando elementos distintos en cada una, como la acidez, o la expresión frutal.

Si destacó con sus Chardonnays, O’Shaughnessy también lo hizo con su Sauvignon Blanc. Profuso en aromas y muy varietal en su añada 2022, este blanco californiano resaltó por sus aromas herbáceos y tonos minerales. Un blanco muy fresco, glicérico y salino con una acidez impecable, cuya elaboración pasó por barricas de roble y depósitos de hormigón. Notas también a grama muy marcadas mostró el Kim Crawford, un neozelandés que en su añada 2023 se mostró fresco, chispeante y con buena acidez, un perfil herbáceo que también tuvo otro Sauvignon Blanc de Nueva Zelanda, el Crossings Sauvignon Blanc, con recuerdos a grama, aunque menos exuberante y notas de piedra más evidentes, salinidad y frescura.

De California también Lail Vineyard presentó un Sauvignon Blanc que en su añada 2023 expresó una delicada nota de su crianza de siete meses en roble, con alguna pizca almendrada, pero quizás de manera más evidente en su mayor estructura en boca, con buena acidez. Y Duckhorn presentó un Sauvignon Blanc más contenido y en aire bordelés.

Schiopetto, una bodega de Friuli que ya cautivara en su estreno en la Isla la pasada edición de Fine Wine expuso una expresión varietal de las notas herbáceas que con frecuencia tiene la Sauvignon Blanc, aunque de manera más contenida, con una boca muy larga y persistente, con buena acidez.

Junto con la Sauvignon Blanc, la albariño de Rías Baixas también tuvo una sólida presencia en el evento, con una amplia representación de bodegas con sólida presencia en el portfolio de Plaza Cellars y el mercado, como Pazo Pondal, Pazo de Barrantes, Paco & Lola y Adegas Galegas – Pazo de Almuiña, que mostró en primicia su Alalba, un albariño 100% semiseco que llegará a la Isla el primer semestre de 2025, y que sorprendió por su magnífico equilibrio entre los siete gramos de azúcar residual que mantiene estos semisecos y la acidez cítrica con recuerdos a toronja que le confiere chispa y frescura. Además de su conocido D. Pedro de Soutomaior, la bodega también sirvió su más limitado Veigadares, un ensamblaje de variedades blancas encabezado por la albariño, que tiene fermentación y crianza en madera y se mostró como un vino tan austero como complejo, estructurado y elegante.

Por su parte, Paco & Lola destacó entre su oferta su Paco & Lola Prime, un albariño 100% que llegó a la Isla en 2023 y tiene seis meses de crianza en lías, lo que otorga un carácter glicérico y un perfil muy gastronómico, y su Lola, un albariño espumoso de Rías Baixas con 24 meses de crianza antes del degüelle, que se estrenó este 2024 en el mercado de Puerto Rico con buena acogida por su burbuja cítrica sin exceso de acidez. En esta gama burbujeante, Pazo Pondal anticipó también a DiVINIdades la próxima llegada al mercado de algunas botellas de su exclusivo y escaso espumoso con más de 40 meses de crianza antes del degüelle. Esta bodega presentó en FineWine su marca bandera Pazo Pondal, un 100% albariño que fermenta en acero inoxidable y luego tiene crianza en lías en inox y en roble americano, además de otras referencias.

Esa apuesta por variedades autóctonas blancas de España se mantuvo con otras como la godello, la treixadura, la viura, la verdejo o la tempranillo blanco, también presentes en Fine Wine.

De Marqués de Murrieta, Capellanía 2019, una expresión que enaltece a la viura, con un velo muy mineral que recuerda el sílex y que en boca se desliza con mucha elegancia y una acidez equilibrada, menor que la de su contraparte de Rías Baixas, el Gran Vino Pazo de Barrantes, uno de los grandes blancos de esta denominación de origen que apuesta por el sosiego y el tiempo para extraer una expresión de la albariño con mayor elegancia y complejidad gracias a un toque con madera de acacia en su crianza, y también uno de los referentes blancos del grupo Marqués de Murrieta, que en esta edición también dio a probar algunos sorbos de su exclusivo La Comtesse, su albariño ultra premium de la bodega gallega, Pazo de Barrantes, con fermentación en roble y crianza en roble y hormigón, y cuya añada 2019, con un sutilísimo matiz de su contacto con el roble, aún tiene mucho por crecer.

Albariño, aunque uruguayo, fue el que presentó Bodega Garzón, en un vino que no hace malolática pero sí pasa tres meses de contacto con sus lías luego de fermentar, y tuvo estructura en boca pero no ese carácter vibrante de fruta y acidez que tienen los albariños de Rías Baixas.

La treixadura y el Ribeiro han ido sin mucho ruido ganando puntos y presencia en el mercado de Puerto Rico y dos excelentes referencias premium ya con tiempo en la Isla estuvieron en el Fine Wine, La Sombrilla y El Paraguas, dos treixaduras de Bodegas El Paraguas, una bodega boutique con blancos de alto nivel y pensados tanto para el disfrute joven como para más larga guarda, como El Paraguas, que en 2023 destacó por su salinidad y marcada acidez que traslada al suelo de granito que le da origen, con aromas a anisados y fruta blanca, un monovarietal de treixadura fino, elegante y muy mineral.

Esa oferta de treixaduras del Ribeiro gallego pronto se expandirá en Plaza Cellars con la llegada en 2025 de Terra do Castelo Treixadura, con un vino amable y de trago fácil, para el disfrute cotidiano.

Además de sus albariños de Rías Baixas Paco & Lola presentó también su monovarietal de Godello, elaborado en la DO Valdeorras, muy fresco y ligero, una variedad, aunque cultivada en la DO Bierzo, por la que también apostó Pazo Pondal.

Abadia San Quirce propuso un verdejo delicado y de Rioja hubo también representación de la tempranillo blanco en Nivarius, un blanco delicado, elegante, con buena acidez y notas minerales.

Portugal sigue ganando galones en la preferencia del consumidor puertorriqueño y su dimensión blanca estuvo representada por el Quinta da Fonte Souto Branco, un vino que la casa Symington elabora en el Alentejo y que ensambla la aromática Arinto con Verdelho (verdicchio), que llegó a la Isla este 2024 y que con su toque te madera tiene muy buena estructura y sapidez en boca.

Verdicchio fue también uva protagonista en el Bucci Verdicchio Castelli di Jesi Classico, de la zona del Marche, con buen volumen en boca y aptitud para crecer. Y la Arneis, fue la uva estrella del Macarini, un blanco piamontés de la región Roeiro, que en su añada 2023 tuvo aromas florales con matices a rosa y una boca salina y fácil pero con buena estructura.

A pesar de ser variedades más francesas, la californiana Pine Ridge dio a degustar un magnífico ensamblaje de Chenin Blanc y Viognier, con abundantes aromas a fruta blanca y una boca fresca con final bastante persistente.

Pero si una bodega cautivó por sobre muchas fue Le Morette-Azienda Agricola Valerio Zenato cuyos vinos llegarán a la Isla a inicios de 2025. Ubicada en la DOC Lugana, una denominación que se extiende por la Lombardía y el Veneto italianos, Le Morette arribará con dos blancos con mucha personalidad, delineados por la Turbiana (Trebbiano de Lugana o Trebbiano di Soave), variedad blanca autóctona de la zona que produce vinos aromáticos y con buena acidez, notas afrutadas, salinas y buena estructura. Su vino más joven, de 2023, Mandolara dejó en nariz una gran complejidad aromática que fue desde el melocotón, la manzanilla o la mimosa a las notas herbáceas, y una boca fresca y chispeante, salina, mineral, larga y con perfecta acidez. Además de éste presentó su Riserva, con un mayor volumen en boca.

 

 

Onda rosa

 

El pilar rosado de Fine Wine siguió siendo Château d’Esclans, el proyecto rosé con glamour que Sacha Lichine lanzó en la Provenza francesa hace más de una década y que fue un revulsivo para el vino rosado internacional y sigue siendo un referente de esta tonalidad en el mercado de Puerto Rico. Hoy parte del grupo de lujo Louis Vuitton Moet-Hennessy, lo que ha ayudado a impulsar las ventas de las referencias de esta bodega provenzal, sin alterar su elaboración, aún a cargo de Lichine y su equipo, el amplio abanico de tonos y niveles rosa de Esclans destacó por su etiqueta culmen, Garrus, un rosado mineral y con gran finura, elaborado a la usanza de los grandes blancos de Borgoña.

Pero además de éste y otro tradicional en Fine Wine, el Príncipe de Viana Edición Rosa, un 100% garnacha de la DO Navarra, que fue afrutado, fácil, con buen volumen en boca y gran aptitud gastronómica, este 2024 también trajo novedades como Belle Glos Rosé, versión rosada del reconocido Pinot Noir tinto y que no se elabora todos los años, y el delicioso Fleurs du Prairie, un ensamblaje rosado de Syrah, Cinsault, Garnacha y Cariña del Languédoc francés, seco, con mucha fruta y frescura.

 

Chispa en Fine Wine

 

Concentrada nuestra prueba en elaboraciones de segunda fermentación en botella, se extrañaron en esta edición las burbujas de Bollinger, pero se disfrutaron a plenitud las de Laurent-Perrier y su Blanc de Blancs salino y fresco, el Cuvée Rosé algo más vinoso, y el Millésime 2015, el vez el más fino y complejo, con burbuja fina, un final cítrico y un final persistente con excelente acidez.  La maison champenoise también anticipó a DiVINIdades de Viajes & Vinos que Héritage, la más reciente creación de la bodega, se espera llegue a la Isla para la primavera de 2025.

El Tsarine Blanc de Blancs se comportó como un champán más estructurado y co mayor volumen en boca y final salino, pero tanto uno de las propuestas de Nicolas Feuillate como el Pierre Sparr Crémant Rosé de Alsace se proyectaron demasiado vinosos y con burbuja poco fina.

 

 

Un paisaje tinto

 

El Cono Sur se proyectó con propuestas de Argentina y Uruguay, entre las que se destacaron el Jardín de Hormigas Malbec los Amantes, un tinto de bodega Alto Las Hormigas con uvas del Valle de Uco mendocino y que se elabora con fudres de roble nuevo y fue muy afrutado y mineral, con un excelente equilibrio entre la acidez y el resto de los “ingredientes” del vino.

También Malbec y del Valle de Uco a 1,300 metros sobre el nivel del mar, Bodegas Trapiche presentó su Finca Ambrosia, un vino de parcela que en su añada 2021 proyectó mucha fruta de baya jugosa, con notas especiadas, carácter mineral y bastante estructura en boca. El vino envejeció en roble francés por unos 15 meses. No tan pulido estuvo el Trapiche Pinot Noir Reserva, con 12 meses en roble, pero siendo de la añada 2022, aún sin integrar bien.

Navarro Correas tuvo dos “alegorías”, el Alegoría Gran Reserva Malbec 2017, con uvas cultivadas en Agrelo y que, con 15 meses de crianza en roble, se mostró bastante listo para beber, con mucha fruta, tonos a hierbas aromáticas, tomillo, y algún tanino por pulir. Por su parte, el Alegoría Cabernet Sauvignon de la misma añada se reveló más redondo en boca, con más notas a fruta oscura y tonos especiados.

Garzón ha sido un revulsivo del vino uruguayo, y su Marselan tuvo una nariz muy balsámica, aunque con algún verdor, buena fruta y algún tono tostado en boca. Mucho mejor delineado estuvo el Cabernet Franc, con mucha elegancia, tonos tostados y una estructura más ligera en boca.

Portugal estuvo representado por varios vinos de Symington Family Estates en su dimensión tranquila, y que abrazaron tanto al Douro como al Alentejo. Del primero y el proyecto Prats & Symington, el Chryseia 2020, con algún tanino por pulir pero mucha fruta y la mineralidad que exudan las pizarras durienses. Su hermano menor, el P+S 2021, estuvo mucho más redondo, con similar perfil afrutado y mineral.

El Quinta da Fonte Souto, de la añada 2018, se mostró muy redondo, con abundante fruta, muy amable y con un final tostado. Este tinto ensambla Alicante Bouschet, Syrah y Alfrocheiro.

Prolífica fue la presencia tinta de vinos de California en el evento, entre los que destacamos dos magníficas bodegas: O’Shaughnessy y Roar.

De la primera un ensamblaje de terruños y variedades con la Cabernet Sauvignon a la cabeza. Napa, Howell, Mount Veeder y Oakville se fundieron en este tinto 2019 que a su 93% Cabernet Sauvignon sumó porciones pequeñas de Malbec, Merlot, Petit Verdot y una variedad bordelesa llamada Saint Macaire, para entregar un vino muy redondo. También de Cabernet Sauvignon y más uvas fue otra propuesta, el O’Shaughnessy Howell Mountain, un vino de un territorio que fue goloso, con notas tostadas y muy pulido en boca.

Por su parte, Roar, un proyecto familiar de St. Lucia Highlands que llegó a Puerto Rico a inicios de la pandemia y se ha mantenido de forma más bien discreta, brilló con su Roar Pinot Noir Single Vineyard 2021, especiado, con notas de fresa madura y pimienta negra, especiado, delicado, pero con estructura, y el Roar Syrah, del mismo viñedo del Pinot Noir, pero muy fino, gracias a la fermentación con racimo entero, y un juego de extracciones que le convierte en un tinto muy fino.

No la única, pero sí una de ellas, el Piamonte se vio retratado en el Podere Luigi Einaudi Barbaresco, demasiado tánico aún, y el Poderi Luigi Barolo, de 2019, muy fresco en boca, con algún tanino por pulir, pero mucho más fino y ligero de estructura, con recuerdos aromáticos a cereza y alguna nota a cuero.

Segundo país con mayor número de bodegas presentes, España mostró en línea tinta su perfil más clásico con predominancia de Riojas y Riberas del Duero.

Marqués de Murrieta, un verdadero referente de calidad, no sólo de España, sino en el mundo del vino, hizo gala de su excelencia con su Castillo de Ygay 2012, con aromas a fruta más madura y confitura, cereza, grosella y notas tostadas. Vino de corte más moderno, el Dalmau, de 2019, fue un tinto que ensambló Tempranillo, Graciano y Cabernet Sauvignon (Murrieta es una de dos bodegas en la DOCa Rioja autorizadas a emplear esta última variedad), y que se reveló con un vino sin aristas, afrutado, fino, fresco, salino y largo final.

Si Murrieta divide su quehacer entre Rioja y Rías Baixas, otras bodegas lo dividen entre Rioja y Ribera del Duero, como fue el caso de Marqués de Cáceres que entre sus tintos riojanos destacó con el Gaudium 2019, casi todo tempranillo, pero quizás más aún con sus Riberas La Capilla, con un crianza 2019 que gritó tempranillo, con fruta y nuez moscada en nariz, y en boca bastante contundente, pero también bastante hecho. Del mismo proyecto, La Capilla Vendimia Seleccionada 2020, con fruta oscura, enebro, recuerdos minerales, pero aún muy tánico.

Misma dicotomía con Bodegas Roda, que en Rioja su Roda 1 2018 estuvo redondo y listo para disfrutar, con abundante fruta y equilibrio y mucha aptitud gastronómica. Su Ribera, de Bodegas La Horra, fue Corimbo 2016, tempranillo que exudó Ribera del Duero desde la nariz, y que tuvo mucha fruta, tostados a carbón ahumado, pero muy buena acidez y algún tanino por pulir.

De la Ribera del Duero, pero no de la DO Ribera del Duero, el Tesela, un vino de Bodegas Clunia y la IGP Vinos de la Tierra de Castilla y León, fue ensamblaje de tempranillo y syrah, con fruta, pero matices aún más tostados y una excelente relación precio-placer. Más premium de la bodega el Finca El Rincón, un 100% tempranillo muy finoy listo para tomar, que en su añada 2018 sorprendió por su juventud, finura y frescura, reflejo de la elevada altitud a la que se cultivan las uvas.

Con Rioja y Ribera, Navarra y el Bierzo fueron las otras denominaciones de origen españolas con buena presencia en Fine Wine.

De Navarra, dos tintos interesantes, el Príncipe de Viana Edición Limitada tinto, una suma de Syrah, Tempranillo y Garnacha, redondo, con mucha fruta fresca y un precio muy asequible, y el La Viña de Mi Madre 2019, un Cabernet Sauvignon que se expresó como uno de los tintos más listos para tomar del evento.

Bodegas Cuatro Pasos, del Bierzo, una denominación que con sus mencías se oye cada vez más sonar, presentó sus vinos de parcela que ya nos cautivaran en 2023, y el Cuatro Pasos, un titno de mencía con mucha fruta en nariz y boca, con algún tostados y bastante afrutado en el paladar.

Mundo fortificado

 

Los fortificados han mantenido su vigencia aunque su consumo enfrente retos. La casa Symington regaló un verdadero festín con vinos más jóvenes a más longevos, como fue el caso del Dow’s 2016, un LBV con mucha fruta y equilibrio sin ser empalagoso. También de Dow’s un 20 yr. con más complejidad, mucho toffee, línea de caramelos o nuez son algunos de los sabores que tuvo este Oporto con buen volumen y largura en boca, que considera traer a la Isla su 50 Yr. Old Tawny Port.

Contrapeso de los vinos de Oporto son los vinos de Jerez, que tuvieron una representación de estilos de la mano de Lustau, para disfrutar como ingredientes de coctelería o solos, como la Manzanilla Papirusa,con muchos recuerdos a manzana verde y una boca muy glicérica, larga y envolvente.

 

9 de diciembre de 2024. Todos los derechos reservados ©

 

 

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